El sentido del olfato es una ayuda y un sistema de alerta para el organismo, ya sea bien para disfrutar de olores o fragancias como para detectar señales de peligro con olor a quemado, gas, alimentos en mal estado, etc. La pérdida total o parcial puede tener un efecto negativo en su calidad de vida e incluso puede alertarnos de otros problemas de salud más serios. Estos problemas con el sentido del olfato aumentan con el envejecimiento y van estrechamente relacionado con el sentido del gusto.

¿Cuáles son los trastornos del olfato?

Los trastornos del olfato pueden afectar a las personas con una pérdida en la capacidad de oler o cambios en cómo perciben los olores. Por regla general, las alteraciones en la percepción olfativa afectan a todos los olores, aunque puede haber situaciones en las que este trastorno afecte a un solo olor. En cualquier paciente con pérdida olfativa se deben realizar las exploraciones y las pruebas necesarias para descartar enfermedades específicas, descartando fundamentalmente las infecciones crónicas de vías respiratorias y la presencia de pólipos nasales. Los trastornos olfativos más conocidos son:

  • La hiposmia es una reducción en la capacidad para detectar olores, no se es capaz de identificarlos, la insuficiencia respiratoria nasal es poco evidente y el obstáculo al paso del aire se encuentra en la parte superior de las fosas nasales.
  • La anosmia es la total incapacidad para detectar olores, impide que las moléculas olorosas lleguen al epitelio olfativo. En raras ocasiones, se puede nacer sin el sentido del olfato, lo que se llama anosmia congénita.
  • La parosmia es un cambio en la percepción normal de los olores, es decir, cuando se distorsiona el olor de algo conocido de manera que un buen olor se vuelva desagradable siendo interpretaciones erróneas de la realidad.
  • La fantosmia es la sensación de percibir un olor que en realidad no está presente.
  • La hiperosmia se refiere a la hipersensibilidad olfativa, es mucho menos frecuente que la pérdida del olfato aunque también puede darse en periodos de tiempo concreto y luego desaparecer como en el caso de las mujeres embarazadas que pueden volverse muy sensibles en ese estado o incluso sujetos con una hiperosmia psicosomática sin presentar ningún trastorno físico aparente.

¿Qué causa los trastornos del olfato?

Los trastornos del olfato tienen muchas causas, las personas que desarrollan un trastorno del olfato pueden que hayan sufrido una enfermedad o lesión reciente y las más comunes suelen ser: genéticas, el envejecimiento, el fumar, crecimiento de pólipos, las lesiones en la cabeza, las alteraciones hormonales, los problemas dentales, la exposición a ciertos productos químicos,  ciertos medicamentos, los trastornos que afectan al sistema nervioso, como Parkinson o Alzheimer, inflamaciones nasales derivadas de procesos rinosinusíticos agudos y/o crónicos, infecciosos virales…

Tratamiento de los trastornos de la olfacción

Habrá que estudiar cada caso independientemente ya que no existe un tratamiento único para los trastornos del olfato aplicando el más adecuado para cada paciente. El tratamiento será dependiente de los síntomas, de la edad y del estado general de salud y de la gravedad de la afección. Para diagnosticar los trastornos del olfato se realiza una revisión completa de los antecedentes médicos y una exploración física completa y también se pueden realizar otras pruebas como medir el reconocimiento de la concentración más baja de una sustancia química, comparar aromas de distintas sustancias químicas, pruebas olfativas, etc.

Además el tratamiento puede incluir otros elementos complementarios como interrumpir o suspender los medicamentos que utilizan a la aparición del trastorno, resolver el problema de salud preexistente, cirugía para eliminar obstrucciones que podrían estar ocasionando el trastorno, terapias, dejar de fumar…

«La calidad de vida en nuestro mundo no depende de los conflictos que surgen, sino de nuestra respuesta a ellos». Widad Akrawi

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