Ahora más que nunca se ha prestado más atención a la pérdida del olfato debido sobre todo a las consecuencias que ha provocado el COVID19 ya que ha sido uno de los protagonistas entre los síntomas y de los primeros que han destacado en esta enfermedad. Existe un gran tanto por ciento de personas que padecen algún trastorno o problema en la capacidad olfativa.

El ser humano puede distinguir una gran cantidad de olores, los receptores nasales son capaces de identificar un olor, y a grandes rasgos se ha llegado a la conclusión de que las percepciones olfativas pueden clasificarse en diez categorías aunque además influyen otros factores como nuestros comportamientos o incluso los estados afectivos en los que nos encontremos. Por otro lado el olfato y el gusto están fisiológicamente relacionados y la alteración de uno de estos sentidos afecta al otro.

En relación a la capacidad olfativa podemos encontrar problemas en la reducción del olfato llamado hiposmia o la pérdida total de éste llamado anosmia, también existes otros factores que influyen en trastornos que deterioran el olfato ente los que podemos destacar la parosmia.

La parosmia se define como un cambio en la percepción normal de los olores en la que puede hacer que un olor hasta entonces agradable cambie y se perciba como desagradable. Los olores que percibimos cambian según las personas, se perciben de distinta manera llegando a ser olores que algunos los aprecian de forma desagradable a pesar de ser olores suaves como flores o perfumes y, teniendo en cuenta que esto pueda ocurrir en el olor de una comida, puede influir incluso en la alimentación.

Normalmente la parosmia puede aparecer tras una infección vírica de las vías respiratorias, sinusitis, gripes o resfriados mal curados, así como trastornos craneoencefálicos o enfermedades del sistema nervioso central encargados del olfato. Factores externos como la contaminación ambiental, exposición a sustancias químicas o tabaquismo pueden influir directamente a la aparición de parosmia.

La parosmia puede perdurar en el tiempo o curarse con medicación una vez hecho el estudio por parte del especialista para determinar qué lo ha producido y cuáles han podido ser las causas. En la gran mayoría de los casos suele ir acompañado de una acumulación de mucosidad, provocando sinusitis en la que con la medicación adecuada y drenando la acumulación de moco puede mejorar notablemente y hacer que la parosmia pudiera disminuir.

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